Editorial

La insolencia de ser como somos

Héctor José Sarmiento R.
lñPolitécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, Colombia

La insolencia de ser como somos

En-Contexto Revista de Investigación en Administración, Contabilidad, Economía y Sociedad, vol. 7, núm. 10, 2019

Institución Universitaria Tecnológico de Antioquia

La insolencia de Ser como somos

La difusión científica tiene una importancia que rara vez se dimensiona en su justo valor. Y esto ocurre acaso porque es la investigación, la dinámica que al conducir el avance de la ciencia, requiere toda la atención de los gobiernos y las instituciones que agencian las políticas públicas que la hacen posible. Pero poco o nada lograría avanzar el conocimiento científico sino fuera porque paralelo a su desarrollo, tiene lugar la dinámica de la difusión científica que, a través de revistas especializadas, libros de texto, eventos académicos y otros medios físicos y virtuales, pone en circulación mucha de la producción intelectual de los investigadores alrededor del mundo. La importancia de la difusión y diseminación de resultados de investigación y otros productos académicos es tal, que la misma investigación pierde sentido si no se difunden adecuada y oportunamente sus avances.

Durante varios años esta revista ha puesto su compromiso en darle espacio a la investigación y la reflexión, como una forma de construir comunidad académica alrededor de sus áreas de interés, bajo una política de acceso abierto que hace frente a las barreras que han impuesto las grandes editoriales que aglutinan las principales revistas de investigación, y que han convertido la producción y difusión del conocimiento científico, en un lucrativo negocio transnacional fortalecido por la lógica excluyente de la indexación en los rankings internacionales (Gómez, 2013). Por eso, independientemente de los ejercicios de reconocimiento e indexación del Estado colombiano y de las agencias internacionales, nuestro compromiso seguirá siendo ofrecer al mayor número de lectores posible, el producto de la labor académica de profesores investigadores de Colombia y Latinoamérica, que se esfuerzan por mostrarnos la tierra, la gente y la cultura que somos.

Al llegar a la edición N° 10 podemos decir que hemos aportado a la democratización del conocimiento en nuestra región y que ese esfuerzo ha sido reconocido por los autores que en cada número confían sus trabajos a nuestro cuidado. Es el caso de los colegas que participan en esta edición, que nos proponen diversos temas desde las finanzas, la gestión, la ética, la educación o la sostenibilidad, en una oferta variada y de alta pertinencia académica. No obstante la constancia del trabajo de difusión, hay algunas preocupaciones que trascienden el espacio de las instituciones y que nos obligan a cuestionarnos acerca del sentido de las disciplinas, la pertinencia de los modelos de desarrollo (Gracia, 2007) y la forma como la universidad se hace eco de su evolución en nuestro contexto. Por eso es necesario que llegados a este punto del camino, reflexionemos sobre estos tópicos escuchando las voces del tiempo, voces que desde hace años y desde lugares remotos, nos hablan de otras formas de pensar y vivirla academia.

Por la naturaleza misma de nuestra revista, la contabilidad es un lente que ofrece una perspectiva muy particular de nuestra realidad, y por ello hemos convocado la participación de un invitado muy especial: el profesor argentino Jorge Manuel Gil, quien desde su lejana Patagonia y desde hace ya décadas viene advirtiendo sobre la necesidad urgente de ampliar el marco de referencia de la disciplina contable para entender la complejidad de las relaciones de poder que dominan la región y que encuentran en la universidad latinoamericana, una potente caja de resonancia para mantener el status quo de la inequidad y la injusticia social. Profesor, investigador y exrector de la Universidad Nacional de la Patagonia, Jorge Manuel Gil ha sido profesor visitante en muchas universidades latinoamericanas, autor y coautor de numerosos libros y artículos, y desde hace años también, un asiduo conferencista de los congresos y simposios contables que tienen lugar en Colombia, como CLAICON.18, donde fue objeto de un sentido homenaje de la comunidad contable internacional.1

En la perspectiva del maestro Gil, la contabilidad tiene la capacidad de retratar las relaciones económicas de una sociedad, y a través de ellas, a la sociedad misma. Quizás por esa capacidad de representar la realidad, este cuerpo de conocimiento -que él identifica como una tecnología social- ha sido progresivamente colonizado por la racionalidad técnico-instrumental del capitalismo financiero, que ha desplazado el valor del trabajo y la productividad de la gente en favor de la rentabilidad de las prácticas especulativas de los inversores, que poco o nada saben del día a día de las organizaciones (Russo y Porto, 2013). Esta extraña lógica, que de hecho contradice la realidad económica de los países latinoamericanos, sustentados en una economía de PyMEs, pequeños productores y trabajadores independientes, es la viva expresión de un modelo de desarrollo económico emergente sustentado en la creación y reproducción de capital financiero, que no requiere de los insumos, el tiempo y el trabajo de la gente, sino que se alimenta de refinados cálculos y pronósticos matemáticos, muchas veces ejecutados por artefactos y mecanismos de inteligencia artificial, totalmente alejados de la realidad social y económica de los pueblos que sufren su poder hegemónico.

Para presentar una visión idealizada de la realidad con arreglo a sus fines, la contabilidad debe ser controlada, restringida y disminuida en su potencial revelador de realidades y ello implica intervenir la regulación que actúa como marco de referencia para el ejercicio de las prácticas profesionales y la producción de informes y reportes. En ese escenario de constreñimiento disciplinal intervienen como actores poderosos, el Estado, a través de los gobiernos y los organismos públicos de control; la profesión globalizada, a través de organismos privados de regulación que emiten las normas que convienen a su modelo de realidad económica (Álvarez y Cortés, 2015); la profesión de la región, a través de los organismos y gremios profesionales, que en algunos países como Argentina, Méjico o Brasil tienen un alto nivel de independencia e influyen positivamente en la emisión de normas; y el capital, a través de los inversionistas que finalmente han impuesto su voluntad y la fuerza de sus intereses en muchos de los aspectos que determinan el desarrollo de la contabilidad y el ejercicio de su práctica profesional. En este ambiente se desarrolla la reflexión que nuestro invitado hace en su artículo “Contabilidad social, desarrollo equitativo y universidad crítica: Interrelaciones y dependencias”, el texto central de nuestra edición, el cual adquiere aún mayor importancia por el foco que pone en la universidad y su papel formativo.

En todas las sociedades la universidad ocupa un papel preponderante en la vida nacional. Existen países donde se ha entendido que la formación del talento humano transformador (García et al., 2015) es una alta prioridad, y allí la universidad actúa como una forja donde se mezclan los mejores ingenios, en procura de un mejor futuro para su pueblo; pero también hay países donde la universidad reproduce la visión de corto plazo de sus gobernantes, confunde la formación con la capacitación y se convierte en un espacio de adiestramiento para una clase trabajadora estandarizada al servicio de las élites. El potencial transformador que logró alcanzar la contabilidad en sus mejores tiempos (Gil, 2018) se ha visto restringido recientemente por la visión técnico-instrumental de la nueva política educativa, empeñada en la alta especialización, el acortamiento de las carreras y la eliminación de asignaturas y contenidos que no contribuyan directamente a los objetivos de rentabilidad de las empresas, con lo cual la profesión también ha entrado en un proceso de estandarización de prácticas que no permiten la reflexión crítica del hacer contable.

Por estas razones es que el llamado del profesor Gil es especialmente válido para el actual momento de la universidad latinoamericana, porque ante la imposición de normas de información sesgada y de estructuras curriculares de vocación servil, debe existir un frente de resistencia intelectual que reclame respeto por la investigación contable, que reivindique el valor de las humanidades como espacio de reflexión crítica, que advierta permanentemente sobre los riesgos del crecimiento irracional del capital financiero y su efecto demoledor sobre la base sustentable de la riqueza natural, un colectivo de hombres y mujeres pensantes y sentipensantes, sin precio de venta ni tarifa de alquiler, que se niegue a repetir el eterno hossanah de la educación estandarizada, y con quienes nos permitamos la insolencia de Ser como realmente somos y no como otros quieren que seamos. Así como el mundo reclama con urgencia una contabilidad reconciliada con el Ser Humano, la Sociedad y el Ambiente, una universidad comprometida y transformadora es ahora más necesaria que nunca.

Referencias

Álvarez, H. y Cortés, J. (2018). La supra-regulación contable y la financiarización económica. Revista En-Contexto, 6(9), 51-82.

García, M., Pantoja, M. y Duque, L. (2011). El liderazgo transformacional en las organizaciones. Un análisis descriptivo. Teuken Bidikay, 2(2), 93-111.

Gil, J. (2018). Elogio de la contabilidad (crítica). Teuken Bidikay, 9(12), 23-54 Gómez, M. (2013). El reconocimiento contextual y el aprendizaje de las publicaciones

Gracia, E. (2007). Economía, política y contabilidad. Un asunto para repensar en el marco de las ciencias sociales. Lúmina, 8, 156-171.

Russo, F. y Porto, N. (2015). La contabilidad y su vínculo con los nuevos elementos que protagonizan la gestión de las organizaciones. Los intangibles del conocimiento. Visión Contable, 13, 158-175.

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